viernes, 12 de junio de 2009

Manifiestos de Arte y Periodismo

Manifiesto 1

El Manifiesto de FAPE, Reporteros Sin Fronteras, el apoyo al periodista sirio encarcelado Michel Kilo y más de doce horas de actividades, protagonistas del 3 de mayo y de la clausura del LXXV Aniversario de la asociación de Periodistas de Almería.

Almería, 3 de mayo de 2007.- Más de seiscientos estudiantes de Arte y periodistas han tomado el antiguo claustro dominico de la Escuela de Arte de Almería para celebrar el XVII Día Internacional de la Libertad de Prensa, presentar el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), mostrar su apoyo en favor del periodista sirio Michel Kilo, encarcelado desde el pasado mayo, y clausurar el LXXV Aniversario de la Asociación de la Prensa de Almería. A lo largo de la jornada, durante más de doce horas, se han sucedido actividades de pintura, escultura, graffiti, música, arte dramático, danza y fotografía.

A media mañana, Alicia Pérez Moncada, alumna del centro educativo con discapacidad auditiva, ha dado la bienvenida, resaltando la importancia del artículo 20 de la Constitución, tanto para los periodistas, como para los que se dedican a la creación artística. La presidenta de la Asociación de Periodistas de Almería, Covadonga Porrúa, agradeció a la Escuela de Arte de Almería el entusiasmo y entrega para la celebración de esta gran fiesta, pasando después a resumir las líneas generales del informe anual de RSF, calificando el último año como el más mortífero (81 periodistas muertos) desde 1994. Finalmente, solicitó el apoyo para pedir la libertad del sirio Michel Kilo, periodista apadrinado de la Asociación almeriense, que está encarcelado desde el 14 de mayo de 2006 y cuyo juicio tendrá lugar el próximo lunes.

La periodista y directiva de la Asociación de la Prensa, Guadalupe Sánchez, leyó el manifiesto de la FAPE, donde se reclama el compromiso de los partidos políticos en defensa de la libertad de expresión e información.

Numerosas personas a lo largo de todo el día han participado en esta gran fiesta popular promovida por la Escuela de Arte y la Asociación de Periodistas de Almería con el apoyo y patrocinio de la Asociación de Comerciantes del centro abierto Almería Centro y de Coca - Cola. A primera hora de la tarde, los humoristas gráficos, que hoy han dedicado sus espacios de prensa diaria a la libertad de expresión, Miguel Arranz (La Voz de Almería), Antonio Moreno (El Mundo Almería) y Alejandro Ortega (Anuario de la Asociación de Periodistas), confeccionaron un gran mural alusivo a la celebración.

Hasta la noche se sucedieron, además de actividades de los propios alumnos, las actuaciones del duo teatral "Calavera y Labordeta" y de los grupos musicales "Sweet Lie", "Alondra Satori" y "La extraña enfermedad de Sarah Perkins", que han colaborado decididamente en la celebración.

Manifiesto 2


El valor social de las obras políticas se fija cada vez más por el periodismo. Lo que no se publica más de un día y se comenta con reiteración en los siguientes tiende a no existir. A su vez, es sabido que la noticia de hoy sirve para envolver el pescado de mañana. Pero también que la exclusiva de hoy -entendida como primicia, el que ofrece primero la noticia o la crea- es el comentario múltiple de mañana, siempre que esa primicia sea creación, es decir, deje de ser clónica, idéntica a otras. Si la noticia es sólo un producto de serie industrial no deja huella. Pero si la noticia seriada (y aún más la noticia creada, original) se eleva a los altares de la opinión pública como el orinal de Duchamp a los de la comunidad artística, será adorada cual becerro de oro.

Ese salto sucede por varios mecanismos. Uno de ellos es la firma del periodista, equivalente a la marca en moda, siempre que esa firma tenga capacidad de trasmitir y recibir la opinión huérfana de los ciudadanos, que en algunas épocas –la actual- son “los esperando portavoz”. Pero, a diferencia del mecanismo unívoco de creación de valor que domina la comunidad artística, en periodismo hay varias y contrapuestas comunidades mediáticas que tienden a anularse entre si. Con lo que la proyección pública y la duración de la noticia depende de su dominio del tiempo y de que sea capaz de contar una historia, de una vez o en una serie.

La combinación de ambos factores –tiempo e historia- es el motivo del éxito de los blogs.

Si en el colegio nos enseñaban que el tiempo es intangible (y no en la asignatura de Juegos Dirigidos), la única manera de verlo es a través de la sucesión de fenómenos que podemos observar, o la huella que éstos dejan al transformarlos en noticias o al ser recreados mediante comentarios periodísticos.

Una de las posibilidades más antiguas del arte es contar historias. En una obra o en la obra del autor. Por eso las instalaciones y los happenings dejan una impresión, una reflexión, no una huella, que tampoco es su intención. En épocas y lugares en que la lectura no es un bien común, las imágenes sirven para transmitir a los demás todas las historias posibles: religiosas, épicas, fantásticas, ejemplares. [Estas 4 últimas son el gran hallazgo del nacionalismo]

Aclarados los mecanismos paralelos de formación de valor en el arte y en los medios de comunicación, ¿valen igual todas las obras y todos los artículos? Es conocido el proceso de transformación de una mancha en arte o de un insulto en noticia. De este planteamiento no se deriva ninguna licencia para igualar el valor artístico de las obras ni el valor informativo de las noticias (por extensión, de lo publicado) Es decir, si no todo vale igual, no todo vale. Y si en terrenos tan resbaladizos como estos dos –arte y política vista a través de los medios- no hay unidad de medida objetiva que nos desvele el misterio del valor desde que la Academia se cerró en un caso y la cultura con modales se perdió en el otro, ¿cómo saberlo?

Hay pistas: aquellos medios de comunicación y modos de informar, escribir y publicar que nacen –cada día- muertos, sin eco (y no por falta de recursos para tenerlo), sin credibilidad porque aburren a lo largo del tiempo y, sobre todo, sin verosimilitud de la historia que cuentan. [A propósito del aviso dado por Avui a los militares de que eviten la prostitución de sus madres en Cataluña, ¿es Avui la unidad de medida perdida?]

El sentido de valor que tiene y al que se somete toda obra de arte es distinto al criterio de valor y utilidad utilizado para el objeto. El primero se forma por convenciones sociales y relaciones culturales; el segundo, por su función en los procesos de producción, consumo y uso.

Tomemos el ejemplo -dice George Dickie- de un vendedor de dispositivos sanitarios que expone sus mercancias ante nosotros. Hay una diferencia importante entre “exponer ante” (tarea que puede hacer el viajante) y “conferir el estatuto de candidato a la apreciación” (el galerista y su tropa, llamados comunidad artística) Se resalta esa diferencia si se compara la acción del vendedor con el acto superficialmente similar de Duchamp, al enviar su urinario a la exposición. La diferencia radica en el hecho de que este último acto se inscribía en el contexto institucional del mundo del arte, mientras que la acción del viajante de artilugios sanitarios queda fuera, es tan humilde como real. Sin embargo, el añorado viajante confiere otro valor al orinal, el económico, más allá de su valor de producción y uso.

El gesto de Duchamp es uno de los límites externos del arte contemporáneo. Más allá no hay, en la misma dirección, más que la simple e inútil repetición de ese gesto (hoy, por cierto, repetido hasta la saciedad). En resumen, tenemos un modelo de relaciones definido por el triángulo objeto-autor-espacio de exposición, en el que el primero se puede convertir en obra de arte sólo mediante la reunión de las siguientes condiciones:
un acto creador o transformador del objeto por el autor o artista, que es siempre un acto eminentemente individual, libre y relativamente aislado;
un sistema de pautas culturales inmerso en otro de relaciones sociales.
La condición 2 es por si mismo insuficiente para conferir a un objeto la cualidad de, en este caso, obra de arte. Sólo la intervención del autor, caracterizada por la investigación y creación, completa el proceso.

El gesto de Duchamp en periodismo es un gesto continuo y sostenido, una actitud que sepa ver el tiempo como sucesión de fenómenos que podemos observar, contar la historia que subyace en ellos, ser verosímil (previamente, inteligible) en el empeño, resultar creíble para el lector y todo ello con estilo… pero sin que el estilo anule la narración. En arte, sin que la estética anule la obra y su proceso de creación.

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